Historia

Si bien es cierto que la psicología moderna como ciencia podríamos decir que data de la segunda mitad del siglo XIX, desde hace bastante tiempo el hombre se ha preguntado por sí mismo y esas preguntas han obtenido respuestas desde varios ámbitos tanto de la ciencia como por fuera de ella (desde mucho antes de que existiera la ciencia como tal) que se han constituido en precursores de la psicología. Las más directas ascendientes de la psicología en estos términos son la filosofía y la fisiología o la medicina en general.

En todas las ciencias y áreas del quehacer humano que ayudan al hombre a mirarse a sí mismo tiene asiento la psicología y es frecuente encontrar aportes altamente valiosos en esta rama del saber y avances muy grandes logrados por personas con formación en otras áreas. Se destacan la medicina, las matemáticas y la filosofía, aunque no se pueden desconocer importantes aportes de la literatura, la poesía y las artes, ya que todo aquello que lleve al hombre a mirarse a sí mismo, a comprenderse, a pensarse, tiene influencia en la psicología.

En buena medida fueron condiciones religiosas o políticas las que impidieron que el estudio de la psiquis humana se formalizara antes de lo que lo hizo. El que se interpretara la conciencia del hombre como una expresión de la vida espiritual y que no obedezca a las mismas leyes naturales a las que toda la naturaleza obedece, hizo, bajo regímenes esencialmente religiosos, que las consideraciones científicas de la psicología estuvieran postergadas. 

La filosofía cartesiana, dualista, que divide los procesos en físicos, subordinados a la mecánica; y psíquicos o espirituales, no sujetos a esas leyes y cognoscibles sólo desde la razón o la intuición, hacía muy difícil el abordaje objetivo de los fenómenos psíquicos para su estudio. 

Esa tesis dualista generó a finales del sigo XIX la división de la psicología en dos ramas. Por un lado una rama fisiológica que trataba de estudiar con rigor científico y explicar los procesos psíquicos elementales desde las leyes que considera objetivas. 

Por otro lado, una corriente descriptiva o subjetiva que propendía por ver las expresiones psicológicas del hombre como manifestaciones del espíritu. 

Los avances de la psicología materialista se dieron con el abordaje del estudio de los procesos cerebrales como todos los demás fenómenos de la naturaleza. Esto facilitó trabajos como los de Pavlov, con los reflejos condicionados que fueron considerados base fisiológica para la ciencia psicológica 

Pero esto dio un enfoque tan marcadamente mecanicista de la psicología que por sus propias limitaciones la llevó a una crisis. No todo podía ser explicado desde allí ni los efectos eran siempre tan duraderos ni tan sólidos como en principio parecían. Esta afirmación ha sido válida a lo largo de toda la historia de la psicología. Nunca, ninguna escuela ni ninguna corriente psicológica ha tenido éxito rotundo en todo lo que se propone en los asuntos procurar al hombre un mejor estar consigo mismo y en la sociedad. Esto es una muestra de que no hemos encontrado una verdad absoluta en estos términos y cada afirmación o hipótesis expresada hasta el momento, puede ser revaluada o revisada por otras. 

En la psicología han surgido diferentes corrientes y escuelas, algunas de ellas contradictorias entre sí, que adoptan una visión del mundo psíquico y desarrollan a partir de allí los elementos de que se servirán para el entendimiento de lo humano y el trabajo en los distintos frentes. 


Una de las maneras de ver la historia de la psicología es hacer un recuento de las escuelas más importantes que han surgido en esta poco más de un siglo que tiene de existencia como ciencia, a pesar de que no son siempre secuenciales. 

Antecedentes filosóficos

Platón y Aristóteles, como otros filósofos griegos, afrontaron algunas de las cuestiones básicas de la psicología que aún hoy son objeto de estudio: ¿Nacen las personas con ciertas aptitudes y habilidades, y con una determinada personalidad, o se forman como consecuencia de la experiencia? ¿Cómo llega el individuo a conocer el mundo que le rodea? ¿Ciertos pensamientos son innatos o son todos adquiridos?

Tales cuestiones fueron debatidas durante siglos, pero la psicología científica como tal no se inicia hasta el siglo XVII con los trabajos del filósofo racionalista francés René Descartes y de los empiristas británicos Thomas Hobbes y John Locke. Descartes afirmaba que el cuerpo humano era como una maquinaria de relojería, pero que cada mente (o alma) era independiente y única. Mantenía que la mente tiene ciertas ideas innatas, cruciales para organizar la experiencia que los individuos tienen del mundo. Hobbes y Locke, por su parte, resaltaron el papel de la experiencia en el conocimiento humano. Locke creía que toda la información sobre el mundo físico pasa a través de los sentidos, y que las ideas correctas pueden y deben ser verificadas con la información sensorial de la que proceden (véase Empirismo).

La corriente más influyente se desarrolló siguiendo el punto de vista de Locke. Sin embargo, ciertos psicólogos europeos que han estudiado la percepción sostendrían varios siglos después la idea cartesiana de que parte de la organización mental es innata. Esta concepción aún juega un papel importante en las recientes teorías de la percepción y la cognición (pensamiento y razonamiento). 

Desarrollo científico

Aparte de esta herencia filosófica, el campo que más ha contribuido al desarrollo de la psicología científica ha sido la fisiología, es decir, el estudio de las funciones de los diversos órganos y sistemas del cuerpo humano. El fisiólogo alemán Johannes Müller intentó relacionar la experiencia sensorial con las actividades del sistema nervioso y del entorno físico de los organismos, pero los primeros representantes auténticos de la psicología experimental fueron el físico alemán Gustav Theodor Fechner y el fisiólogo, también alemán, Wilhelm Wundt. Ambos son considerados los padres de la actual psicología científica. Fechner desarrolló métodos experimentales para medir la intensidad de las sensaciones y relacionarla con la de los estímulos físicos que las provocaban, estableciendo la ley que lleva su nombre y que es, aún hoy, uno de los principios básicos de la percepción. Wundt, que en 1879 fundó el primer laboratorio de psicología experimental en la ciudad alemana de Leipzig, formó a estudiantes del mundo entero en la nueva ciencia.

Los médicos, preocupados por las enfermedades mentales, también contribuyeron al desarrollo de las modernas teorías psicológicas. Así, la clasificación sistemática de estas enfermedades, desarrollada por el pionero de la psiquiatría Emil Kraepelin, estableció las bases de los métodos de clasificación aún en uso. Más conocido, sin embargo, es el trabajo de Sigmund Freud, quien elaboró el método de investigación y tratamiento conocido como psicoanálisis. En sus trabajos, Freud llamó la atención sobre las pulsiones (instintos) y los procesos inconscientes que determinan el comportamiento humano. Este énfasis en los contenidos del pensamiento y en la dinámica de la motivación, más que en la naturaleza de la cognición por sí misma, ejerció una influencia decisiva en el desarrollo de la psicología contemporánea. 

La psicología en el siglo XX

Hasta la década de 1960 la psicología estuvo imbuida de consideraciones de índole eminentemente práctica; los psicólogos intentaron aplicar la psicología en la escuela y en los negocios, interesándose muy poco por los procesos mentales y haciendo hincapié exclusivamente en la conducta. Este movimiento, conocido como conductismo, fue en un primer momento liderado y divulgado por el psicólogo estadounidense John B. Watson. 

La psicología actual todavía mantiene muchos de los problemas que se planteó originalmente. Por ejemplo, ciertos psicólogos están interesados ante todo en la investigación fisiológica, mientras que otros mantienen una orientación clínica, y algunos, una minoría, intentan desarrollar un enfoque más filosófico. Aunque algunos psicólogos pragmáticos insisten aún en que la psicología debe ocuparse sólo de la conducta, olvidándose de los fenómenos psíquicos internos (que deben incluso ser rechazados por ser inaccesible su estudio científico), cada vez son más los psicólogos que están hoy de acuerdo en que la experiencia y la vida mental (los procesos psíquicos internos) son un objeto válido de estudio para la psicología científica. Esta vuelta al estudio de los fenómenos psíquicos internos, conocido como paradigma cognitivo, por oposición al paradigma conductista dominante en la psicología académica durante buena parte del siglo, comenzó a extenderse a mediados de la década de los años setenta.

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